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La preocupación de los padres cuando los niños empiezan a decir sus primeras palabras, es que logren pronunciarlas correctamente, evitando que trastabillen, repitan sílabas o vacilen al hablar. Es así que los padres comienzan a corregir a sus hijos.

Tratamiento tartamudez

Niño tartamudo

Sin embargo, a menudo los padres sobre reaccionan tratando de que los niños no hablen de esa manera, transmitiéndoles el mensaje de que su forma de hablar no es la correcta. Esta situación se extiende al entorno del niño, que también lo hace notar como poco fluido en su forma de expresarse.

Cuando el niño toma conciencia de su dificultad, cada vez que hable lo hará con el conocimiento de que no se expresa óptimamente, empezando a tartamudear.

Es por ello, que dentro del círculo social de sus compañeros del colegio, amigos y familiares son catalogados como “niños tartamudos”. Para evitar que la autoestima del niño con tartamudez se vea perjudicada, es importante enfrentar a tiempo el problema.

Hay que tener en cuenta que los niños piensan más rápido de lo que se expresan, por ello se apresuran en repetir palabras o sílabas. Debemos pensar que ellos no se dan cuenta de sus errores al hablar. La preocupación no debe ser mayor, porque es posible corregir esta pequeña dificultad con paciencia, manteniendo una conducta relajada y sobre todo respetuosa de los padres y su entorno. Se considera que cerca del 4% de menores tiene problemas de tartamudez entre los cinco y diez años de edad. También se dice que suele afectar más a niños que a las niñas.

Para ayudar al niño tartamudo, no se debe presionarlo, por el contrario debe hablarle lenta y claramente, sin hacerle notar sus errores o terminando sus frases.

Mitos y verdades del tartamudeo infantil

Antiguamente, se creía que el problema del tartamudeo era una respuesta psicológica ante un trauma, ahora además se considera que es una disfunción de carácter orgánico. Por lo tanto, los que tartamudean presentan zonas cerebrales con menos actividad metabólica mientras hablan o leen.

Es así, que presentan una disminución porcentual del diámetro de las arterias cerebrales y por ende, el cerebro recibiría menos nutrientes y oxígeno. Sin embargo, algunas de estas personas no desarrollan la tartamudez o espasmofemia, por lo que se cree, que se desencadena ante un problema con el medio externo.

Es necesario recurrir a un neurólogo o fonoaudiólogo, para determinar el tipo de tartamudez. Existen dos tipos de tartamudez: la clónica, en la que el pequeño solo repite segmentos de sílabas o palabras, y la tartamudez tónica, que es más grave, porque el niño requiere de un esfuerzo muscular, antes de hablar por unos segundos.

La tartamudez puede convertirse en más severa cuando el espasmo es más largo y compromete a otros órganos, transformándose en una patología si no se resuelve de forma adecuada.

Tratamiento tartamudez

Según las estadísticas, el 80% de las personas que culminan el tratamiento son recompensados con buenos resultados.

Cuando se conoce el origen del problema, el fonoaudiólogo se preocupa en disminuir la ansiedad, erradicar los espamos que el pequeño utiliza para que lo entiendan y lograr que se exprese más lentamente por medio de los juegos, exagerando un poco el modo de hablar.

Es indispensable continuar el tratamiento y no dejarlo a la mitad, sino se perderá todo lo avanzado. Además, hay que poner mayor énfasis en las niñas, ya que les cuesta más superar la tartamudez, a lo igual que a los adolescentes y adultos.

Recuerden que los padres y maestros, cumplen un rol fundamental en la educación de los hijos, puesto que son un modelo a seguir por ellos. Por lo tanto, hay que cuidar las forma de expresarse, pronunciar las palabras y modularlas, teniendo en cuenta que son imitadas por los pequeños.

   

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