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La inteligencia emocional considera conceptos básicos como la empatía, expresión, comprensión de sentimientos, amabilidad, el respeto, entre otros. Es fundamental practicar estas cualidades, que son importantes para el desarrollo de la personalidad y éxito en la vida. Debemos ayudar a nuestros hijos a que aprendan a relacionarse con los demás y los que lo rodean. No solo es trascendental el coeficiente intelectual, sino también el emocional.

 

Inteligencia emocional en niños¿Qué es la inteligencia emocional?

El término “inteligencia emocional” fue empleado en 1990 por los psicólogos John Mayer y Peter Salovey, sin embargo, el best seller Emotional Intelligence cuyo autor es Daniel Goleman, promovió este concepto. Desde ese momento, se ha conversado bastante sobre lo que significa y cómo esto puede ayudar a conseguir la felicidad.

Existen variadas definiciones sobre el tema. Por ejemplo la psicóloga Sónia Font i Juanola, del Colegio PIVE de Tona (Barcelona), indica que es la inteligencia emocional es el conjunto de habilidades emocionales como la comprensión de sentimientos, la empatía, la expresión, la capacidad de resolver problemas de forma interpersonal, el saber controlar nuestro temperamento, la capacidad de saber adaptarse, ser cordial, ser amable y ser respetuoso. Estas cualidades son decisivas para tener éxito en la vida, bien a nivel personal como en el colegio o en el trabajo.

En este caso, no existe test alguno que ayude a medir el coeficiente emocional como en el caso del intelectual. Ambas capacidades interactúan entre sí, la diferencia más resaltante radica en que la inteligencia emocional no presenta una carga genética tan marcada, lo cual va a facilitar la intervención de padres y educadores.

Esta variante de inteligencia se aplica en diversas esferas de nuestra vida:

-Favorecen nuestro bienestar psicológico, lo cual es base para el desarrollo y el equilibrio de la personalidad.

-Estimula la salud física, moderando o eliminando hábitos psicosomáticos destructivos y perjudiciales para nosotros, como lo son la angustia, ira, irritabilidad, ansiedad y miedo.

-Desarrollan el entusiasmo y motivación hacia las cosas.

-Contribuyen a establecer mejores relaciones con los demás, en la familia, trabajo, colegio y entorno general.

 

Estimular la inteligencia emocional en niños

La psicóloga Sónia Font opina que son necesarias las tres siguientes reglas básicas:

- Establecer desde un inicio los límites claros de lo que está bien o mal.

- Podemos incentivar a mantener las buenas conductas y comportamiento ya sea con elogios o afecto.

- Brindar el tiempo necesario para conversar acerca de los valores, normas e importancia que se le debe otorgar a cada uno de ellos.

Según la especialista, los niños pueden decidir y responsabilizarse de sus propias decisiones dependiendo de su edad, dentro de los límites permitidos. A pesar de que cueste el esfuerzo, hay que mantenerse firmes cuando se pone a prueba dichos límites. No hay que olvidar el ejemplo que transmitimos a los hijos, ello también es aplicable en este caso, dependiendo de cómo los padres ejerciten y entrenen su inteligencia emocional, para que los niños también adquieran estos hábitos y costumbres.

 

La empatía

Los entendidos en el tema señalan a la empatía como una de las principales cualidades emocionales. Suele desarrollarse en los primeros seis años de vida, su significado podría resumirse en “ponerse en la piel del otro”. Cuando la persona es empática no intenta modificar los sentimientos del niño, por el contrario intenta comprenderlos y experimentarlos, por lo tanto es importante que la actuación delante de ellos sea sincera, transmitiéndoles la confianza que necesitan con la verdad, sin necesidad de ocultarles nuestros sentimientos, aunque sean tristes o negativos, hay que aceptar los errores cometidos siendo lo más coherentes posibles.

Fases de la empatía:

-Durante el primer año de vida, los bebés suelen voltear para observar cuando un niño llora y luego es probable que se ponga a llorar también.

-Luego cuando tienen entre 1 y 2 años de vida ingresan a una nueva etapa en la que observan que la tristeza del otro no es la suya, pero tratan de reducirla.

-A los 6 años empiezan la etapa de la empatía cognoscitiva, que significa la capacidad para ver cosas desde la perspectiva de otra persona y luego actuar. Este tipo de empatía no requiere comunicación emocional como el llanto, ya que el pequeño tiene un modelo interno de cómo puede sentirse una persona en una determinada situación.

-La empatía abstracta se manifiesta a partir de los 10 años, donde proyectan su empatía más allá de las personas conocidas.

Es recomendable para incentivar la empatía en los niños, que se establezcan normas claras y coherentes, intentando que las cumplan con total responsabilidad según la edad que tengan. Podemos empezar con las tareas domésticas, las cuales no deben permanecer expuestas a recompensas, sino que igual los hijos deben ayudar en el hogar porque es lo adecuado.

Si pretendemos que los niños sean atentos, responsables y considerados, debemos de aumentar sus expectativas. No hay que ser tan condescendientes, sino enseñarles a ser mejores cada día.

 

Las habilidades psicosociales

Existen ciertas habilidades que a veces no tomamos en cuenta, a pesar de ser importantes para la vida misma. Así tenemos, la capacidad para tomar las decisiones correctas, el conocimiento de sí mismo, el pensamiento creativo, manejar situaciones estresantes y saber decir “no” (más importante incluso que saber decir “sí”). Todo ello contribuye a que sepan enfrentar las dificultades que puedan surgir y sobre todo saber solucionarlas.

En el libro “Habilidades sociales y autocontrol en la infancia” de Goldstein, se reconoce cómo adquirir las cualidades necesarias para mejorar sus relaciones futuras.

-Inculcarle al pequeño lo importante que es pensar detenidamente las cosas.

-Lograr que identifiquen y definan el problema al que se están enfrentando.

-Enseñarles a que reúnan la información desde su perspectiva, incluyendo opiniones, hechos e información desconocida.

-Guiarlos para que evalúen las consecuencias y los resultados, eligiendo entre varias decisiones.

-Incentivar que empiecen a solucionar las dificultades, alentándolos a que persistan lograr la solución correcta.

 

La inteligencia emocional y el éxito escolar.

Aunque parezca contradictorio, muchos especialistas consideran valiosa la teoría de que los niños que se relacionan mejor en el colegio, obtienen buenas notas a diferencia de los que tienen problemas en las relaciones sociales, más allá incluso de su coeficiente intelectual.

Las relaciones en el hogar también son importantes, está demostrado que los niños cuyos padres discuten poco, resultan ser más queridos por sus compañeros y profesores del colegio, asimismo no presentan mayores problemas de comportamiento aprendiendo con mayor facilidad las lecciones escolares.

Un coeficiente intelectual no es lo más resaltante, los niños que se sienten motivados y seguros de sí mismos, aquellos que demuestran sus propias necesidades armonizándolas con el resto de niños, son los que generalmente tienen más éxito en el colegio.

 

Claves para estimular la inteligencia emocional

-Si queremos que nuestros hijos nos tengan confianza es necesario no protegerlos en exceso. Ellos deben experimentar solos y saber enfrentar los problemas. Hay que explicarles las situaciones cómo son y sin engaños.

-Los niños observarán cómo los padres enfrentan determinadas situaciones, lo cual se convierte en un referente para ellos. Por lo tanto, hay que cuidar las maneras de actuar o reaccionar ante una determinada situación.

-Hay que dejar que se equivoquen, solo así estarán preparados para solucionar futuros problemas.

-No hay que olvidar lo siguiente: no se debe ocultar los sentimientos, no hay que esconder los errores y no temer decirles la verdad.

-Los niños requieren del apoyo emocional de sus padres, hay que dedicarles tiempo para que se sientan apoyados con las conductas diarias que realizan. Se debe reconocer su esfuerzo y dedicación.

Debemos reflexionar acerca de las ventajas que representa desarrollar la inteligencia emocional en los niños y tener conciencia sobre la importancia de este avance a nivel afectivo, lo cual facilita tanto a nivel familiar como escolar que los niños se sientan felices y alcancen el éxito.

   

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