Esta web usa cookies para mejorar tu experiencia de usuario. Si continúas entendemos que das tu consentimiento. Leer más.

Es importante que desde un inicio sepamos controlar las rabietas que puedan presentar los niños cuando quieran conseguir algo. Seguramente, más de un padre de familia ha tenido que pasar por la angustiosa situación en la que su hijo llora y patalea sin parar, tratando de lograr algo. Ello nos puede generar la desesperación de no poder contener los nervios, sin embargo, hay que estar un paso adelante, para no dejarnos influenciar.

Enfados de niñosGeneralmente, los pequeños a partir de los 2 años comienzan a desarrollar su independencia, evitando que los padres les digan lo que deben hacer, es ahí cuando empiezan a querer tomar dominio de la situación, lo cual no podemos permitir, ya que ello deriva en una mala educación.

Las ocasiones en las que ocurre este tipo de comportamiento, es cuando los niños se encuentran haciendo algo y sus padres les dicen que deben hacer otra cosa como bañarse o arreglar el cuarto, asimismo, cuando sabemos que no puede comer dulces o golosinas, ellos insisten en que se les antoja un determinado alimento. Peor aún cuando están jugando con sus juguetes y sienten que les interrumpen al cortar las acciones que están realizando.

Pese a todo, podemos entenderlos porque todavía son pequeños, y quizá no tienen la capacidad para expresarse o dar argumentos sobre las decisiones que toman los padres, lo que termina por frustrarlos generando una pataleta. Sin embargo, hay que tener paciencia y corregir con precisión.

Llamamos rabieta voluntaria cuando el niño la utiliza para llamar la atención o interferir en las decisiones de los padres. Pero también hay instantes en la que los niños tienen sueño o se sienten cansados, con hambre produciéndose una rabieta involuntaria.

¿Qué no se debe hacer cuando nuestro hijo tiene una pataleta o rabieta?

-Ceder ante sus deseos:

Evitar en lo posible complacer todos sus caprichos, ya que con la rabieta el niño presiona para conseguir lo que desea, por ello es preferible no comprarles golosinas o premiarlo con algo, si no vemos que se ha portado correctamente.

El niño observará tus gestos y movimientos, para saber que decidirás hacer, según ello intensificará la rabia demostrada para llamar la atención, es ahí que debe saber cómo actuar para no dejar que se apodere del momento.

-Pegar o gritar:

Jamás debemos intentar calmar a un niño con un golpe, por más que provoque hacerlo, ya que esto solo le genera desconcierto, además de que los asusta. Normalmente, los niños no saben ni por qué han reaccionado de una determinada forma y no pueden controlarlo. Si les pegamos o llamamos la atención, los asustaremos más y su comportamiento empeorará tornándose más rebeldes.

-Alterarte o enfadarte:

Si el padre de familia se altera, pone nervioso o realiza cualquier reacción a partir de la actitud del niño, lo pondrá en evidencia y dará el mensaje de que está involucrándose en la rabieta, por el contrario no hay que darle demasiada importancia. Hay que tener mucha paciencia y brindarle tu apoyo.

Tener en consideración la seguridad del niño

Otro punto que se debe tener en cuenta cuando los niños tienen rabietas, es observar alrededor, que no exista objeto que le vaya a producir algún daño. El primer paso es asegurarse de que esté libre de las escaleras o cerca de las esquinas. Asimismo, debemos enseñarles que la cama o su lugar de juegos no es el espacio apropiado para llorar sin consuelo.

¿Qué hacer cuando el niño se ha calmado tras una pataleta?

Cuando conseguimos que el niño se haya calmado, hay que prodigarles cariño y comprensión. Es normal que quieras regañarlo por su mal comportamiento, sin embargo, el aprendizaje del niño requiere de otros procedimientos para que pueda entendernos.

Puedes aconsejarle, darle un mensaje y explicarle que debe estar calmado para conseguir las cosas, que no siempre conseguirá lo que desea solo por llamar la atención. Así estaremos desarrollando su autonomía, por la cual comenzó la rabieta.

Hay que conversar con él para indicarle que resulta mucho mejor solicitar las cosas por las buenas maneras, sin presiones de ningún tipo. Así, cuando se le presente un problema o dificultad puede pedir ayuda.

Debemos generar conciencia en ellos, para que aprendan la importancia de calmarse solos y comunicar lo que sienten o desean expresar para resolver sus inquietudes.

¿Cómo prevenir sus rabietas?

Las rabietas no duran todo el tiempo, por lo tanto está la posibilidad de intercambiar opiniones con los pequeños, para que aprendan a exteriorizar sus sentimientos y resolver los conflictos.

Es pertinente analizar los comportamientos del pequeño para intentar averiguar cuándo se producen las reacciones, detectando la causa para evitarla. Hay que observar en qué momento del día suele ocurrir, si ya comió o no, si ha descansado o dormido la siesta, o cuando pasan por una sección determinada del supermercado. Si ello es reiterativo, permitirá identificar futuras situaciones para evitarlas.

Quizá resulte desagradable y complicado tener que examinar las rabietas de los niños, pero es necesario para saber cómo actuar ante situaciones futuras. No olvidar siempre mantener la calma y ser firmes cuando los niños quieran dominar el momento. Ellos necesitan modelos de comportamiento que los ayude a gestionar y comprender sus propias formas de actuar, y no ponerlos nerviosos.

   

¿Quieres dejar tu comentario?