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independencia

¿Cuál es la edad ideal para que el niño aprenda a ser independiente? Pues a ciencia cierta, no existe una edad exacta para llegar a este nivel de madurez, pero existen ciertos puntos que nos pueden ayudar a descubrir cómo de dependiente es el menor.

Lo primero que se debe hacer es evaluar e informarse sobre las actividades que un niño de esa edad suele realizar y compararlas con las del pequeño. Esto no significa compararlo con su hermano o su vecino o su compañero de clases, sino con varios menores para tener una idea más amplia. Con ello será posible darse cuenta qué avances debería haber obtenido o ha obtenido ya el niño para su edad.

Promover autonomía niño

Promoviendo autonomía del niño

De esta manera y sabiendo qué capacidades debe alcanzar el niño de su edad, se recomienda motivar al niño para desarrollarlas. Para ello, se le deben brindar las herramientas necesarias. Asimismo, explicarles de una manera sencilla qué conducta se espera de ellos y practicarlas en conjunto hasta verificar que se realice correctamente. Leer el resto de este artículo ⇒

Las capacidades que el niño va adquiriendo le permiten hacer un papel cada vez más proactivo con las personas de su entorno. Poco a poco, el niño busca ser más autónomo e  independiente e intenta realizar acciones por cuenta propia sin querer ser ayudado.

Independencia y confianza del niño

Niño atándose los zapatos solo

El camina, correr, gatear, saltar, investigar objetos y situaciones… además de permitirle al niño desarrollar su físico  y liberar energías, también le hacen ser más independiente, pues comprueba que sus capacidades físicas aumentan y con ello la confianza en sí mismo.

Para que el niño llegue a ser independiente precisa disponer de oportunidades de elegir, decidir, tomar iniciativas, cometer errores, y comprobar lo que ocurre tras  sus acciones.  Sólo de este modo,  aprenderá a encontrar soluciones a sus propios problemas.

A su vez, el niño precisa sentir que se confía en él, tener posibilidad para hacer acciones solo y mostrar sus resultados y logros. Así aumenta su autonomía y confianza.

Progresivamente, el niño podrá y querrá hacer muchas cosas solo, tratará de comer, ponerse la ropa,  lavarse los dientes, atarse los zapatos…, logrando cada vez una mayor autonomía.

Así las cosas, es interesantes alentar al niño a resolver sencillos problemas a través de juegos, juguetes y situaciones cotidianas. Si se le da todo hecho y se le da sobreportección, se volverá pasivo y dependiente en exceso. Mientras que si se confía en él, se podrá comprobar cómo va respondiendo a la confianza puesta en él y cómo va mejorando.

De la aceptación que le depositen los adultos y de la permisividad que se tenga en relación a su deseo de independencia, dependerá sustancialmente  el desarrollo de su autonomía y de confianza.