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Una vez que el niño comience a aprender los números, ya es hora de ir pensando en enseñarles a aprender a dar la hora. Si observamos detenidamente, nos daremos cuenta que los niños suelen preguntar ¿Qué hora es? La razón muchas veces refiere a la forma cómo observan que las situaciones pasan todos los días a una determinada hora. El tiempo suele ser un concepto abstracto ajeno a su comprensión habitual, por ello solo aprenden la hora, por medio de la observación, los relojes y la repetición de las cosas o momentos.

Dar la hora

Aprender a dar la hora

Empezando a comprender el concepto tiempo

“Ayer”, “hoy” o “mañana” presenta mayor sentido para el niño cuando las relacionamos con sus actividades o las situaciones que tiene que atravesar. El concepto de tiempo está integrado a la rutina diaria dentro de las acciones que realizan.

Los conceptos abstractos se asimilan con mayor ahínco entre los 5 y 6 años durante el desarrollo del niño. Una forma de ayudarlo a comprender el tiempo y construir el proceso mental, se da cuando asociamos cosas familiares como excursiones, rutinas o celebración de cumpleaños.

Durante los 3 y 5 años de edad, podemos incentivar en los niños este tema, ayudándolos a manejar un reloj de juguete con manecillas que marquen la hora en punto. De esta manera, podrán aprender a informar sobre la hora, con solo identificar los números.

Se puede repetir varias veces al día, lo que se va realizando o a dónde se dirigen, ello para poder asociar la actividad con el tiempo. Es recomendable hablar del tiempo que demora realizar una situación como ir al colegio, la hora del baño o preparar un desayuno.

El niño puede tener más precisión en dar la hora, gracias al aprendizaje que asimile acerca de las matemáticas. Sin embargo, puede demostrar también su interés por los relojes digitales, al verificar que resulta más fácil dar la hora. Esto último puede ser muy sencillo, pero menos eficaz en su proceso de enseñanza. Por ello, resulta mejor acostumbrarlos a las manecillas. Es ideal que entre los 5 y 6 años sepan dar las medias y cuando tengan 6 a 7 años, también los cuartos y minutos.

Actividades para que lo niños reconozcan el paso del tiempo

A medida que los pequeños observen cómo se desarrollan los días y cómo determinadas situaciones se repiten ya sea por la mañana, tarde o noche, la capacidad para instruirse acerca del tiempo aumenta.

Se puede contribuir a reforzar el aprendizaje con el seguimiento de algunas actividades:

- Enfatiza con el lenguaje: Utilizar palabras como “ahora”, “pronto”, “hoy”, “ayer”, etc. y luego asociarlas a acciones o actividades que vamos a realizar.

- Haz un mural sobre “un día en mi vida”: Para esta actividad necesitamos un reloj de juguete con manecillas y adicionalmente, unos dibujos con las acciones que realiza el niño durante el día. A continuación hay que ir marcando la hora en el reloj, para que el pequeño lo asocie a la situación que acontece a esa hora. Hay que remarcar el vocabulario, haciendo que asocie secuencias de actividades. Como por ejemplo, primero hay que cenar, luego lavarse los dientes y al final, acostarse.

- Utiliza “El tiempo” para aprender los conceptos de hoy, ayer y mañana: se puede ayudar a que tome conciencia temporal, a partir de un día soleado, lluvioso o con viento.

- Construir un reloj para tenerlo en la habitación: las acciones que realiza, como colorear, jugar y tener su propio reloj, se pueden utilizar para observar cómo pasa el tiempo cuando cambiamos las manecillas del reloj.

Los relojes de juguete y los juegos de dominó para iniciarse en las Matemáticas

El mundo de las matemáticas también puede resultar divertido, cuando iniciamos a los niños en el uso de relojes o dominós.

Al contrario de lo que se pueda pensar de las matemáticas, éstas se encuentran presentes en muchos instantes de la vida. Podemos ayudar al niño a aprender ciertas habilidades, que lo involucren y ayuden a interesarse aún más, ya que las matemáticas están presentes en los juegos y la vida misma.

Una forma simple de reforzar su capacidad mental y de asociación, se da a partir de un juego, en el cual gracias al uso de un reloj, puede practicar la suma, resta, multiplicación o división de los minutos, horas o cuartos.

Hay que tratar de que los niños se acostumbren a usar los relojes analógicos. Poco a poco estarán familiarizados a dar la hora, sobre todo si empleamos mayores juegos relacionados al tema, así como libros o murales del tiempo. El niño ganará mayor confianza, a través de las rutinas diarias, la asociación de actividades con ciertas horas y el aprendizaje constante de las “temidas” matemáticas, que no tienen por qué serlo.

   

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