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Los juguetes ayudan al bebe a desarrollar sus capacidades motrices porque le permite empezar a jugar con sus manos y pies, permitiéndole así tomar conciencia de su propio cuerpo.

El juguete es un apoyo para su desarrollo psicomotor. Ayuda a mejorar destreza de sus manos y pies, favorece el equilibrio, contribuye a potenciar sus capacidades físicas.

Desarrollo de la motricidad jugando

A medida que el bebé comienza a explorar su entorno se encuentra con diversos objetos con diferentes colores, formas, y sonidos que lo estimulan. Es así precisamente como los niños descubren la magia de los juguetes.

Más tarde, los niños descubren sus juguetes y desarrollan habilidades que les permiten madurar. Así las cosas, es preciso dejarles juguetes para que ellos mismos puedan ir explorando formas, sonidos, texturas… mediante sus manos y dedos.

Finalmente, cuando el bebé empieza a sentarse o gatear, los juguetes se convierten en algo fundamental porque motivan e incitan al niño para realizar acciones. Por ejemplo, si el juguete preferido del niño está fuera de su alcance, esto propiciará que el niño deba desplazarse (motricidad gruesa) gateando para poder cogerlo y jugar con él.

Un juguete es positivo para favorecer la motricidad global y el desarrollo del cuerpo cuando los materiales son no tóxicos, se puede transportar de un lado a otro, se puede llevar a diversos lugares y permite la competencia o uso grupal. En ese sentido, no aconsejamos aquellos con un peso o volumen excesivos, de mala calidad o de uso restringido por su dificultad.

Destacan aquí: las bicicletas, monopatines, triciclos, esquís, vehículos en miniatura, patines, raquetas, pelotas, camas elásticas y canicas, juguetes para construir estructuras, rompecabezas… etc

Los juguetes y la personalidad del niño

   

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