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Uno de los estímulos más placenteros que debe recibir el niño desde que nace, es la música. Gracias a ella, se logra favorecer el desarrollo intelectual y estimular sus funciones cerebrales. Esta estimulación pueden recibirla desde el vientre materno.

La madre es quien percibe la música a través de sus oídos, posteriormente el sonido baja por la columna vertebral a manera de vibración, esto último hace vibrar el líquido amniótico y finalmente, se transmite al feto.

Música para bebés

Música para bebé

El sistema auditivo del feto se encuentra desarrollado a partir de las 24 semanas, por ello, puede escuchar la voz de su madre, así como el latido de su corazón y otros sonidos. Por el momento, el feto no puede escuchar todos los sonidos del exterior, porque para ello, requeriría más de 120 decibelios, para que recién puedan llegar ciertos sonidos al oído del niño. El feto solo escucha, todo lo que su madre escucha.

A partir del quinto mes de gestación, el bebé puede recibir la estimulación musical. En este caso, las frecuencias altas son las más idóneas, porque pueden traspasar con mayor facilidad el líquido amniótico. Estas frecuencias tienen la potestad de despertar al feto, al mismo tiempo que refuerza su atención y lo hace más dinámico.

Después del parto, el niño se encuentra preparado fisiológicamente para que su oído reciba las vibraciones, convirtiéndolas en impulsos nerviosos, que luego llegan hasta el cerebro. Una vez que el bebé nace, es necesario reforzar la estimulación.

Una importante carrera neuronal inicia en los primeros meses de vida del niño. Su desarrollo depende de los estímulos que reciba. El número de conexiones neuronales crece de 50 trillones a más de mil trillones, durante este proceso.

Está comprobado, que los bebés que reciben estimulación musical clásica, serán en el futuro, niños y adolescentes creativos, con mucha motivación y con capacidad de lograr una alta concentración y retención de información.

La capacidad de concentración se enriquece gracias a la música. Esta desarrolla la sensibilidad, la memoria y ayuda al pequeño a expresar sus sentimientos. Desde temprana edad, los niños muestran apego hacia la música, dado el caso, dejan de llorar, se muestran alerta y expresan una sonrisa cuando la escuchan.

Las notas y acordes musicales suelen tener efectos positivos en el desarrollo del niño. Por ejemplo:

Motricidad:

- Gracias a la música se puede anticipar, organizar y sincronizar el movimiento.
- Cuando el niño escucha la música, se mueve de manera instintiva, adquiere ritmo, y aprende a bailar por imitación,  según vaya creciendo.
- El niño adquiere tonicidad muscular y mayor coordinación de sus movimientos gracias a la estimulación musical.
- Los niños pueden orientarse en el espacio, con la intervención de algunas canciones que lo ayudan a tener conciencian de su cuerpo y posibilidades de movimiento.

Lenguaje y desarrollo cognitivo:

- Cuando el niño está pendiente de la melodía y letra de la canción, ayuda en su atención y concentración.
- La memoria y el sentido del orden lógico es desarrollado por la música, debido a que toda canción o melodía posee una secuencia.
- Al escuchar música el pequeño adquiere una fundamental estimulación auditiva, la cual le permitirá emitir sonidos y luego memorizar las palabras o conceptos que escucha.
- Gracias a que el cerebro aprende por repetición, algunas canciones proporcionan la memorización de las tablas y poesías.
- La música logra estimular la imaginación y la capacidad creativa. Además de desarrollar el sistema de expresión musical y el sentido estético.

Sociabilidad y desarrollo emotivo:

- El niño vive una gran experiencia, con solo escuchar la música, ya que cuenta con efectos positivos en el campo emocional.
- Sensibiliza al niño, haciendo que poco a poco utilice todos los sentidos como el oído, el tacto y la visión.
- Es un gran aporte que favorece a la comunicación, el intercambio de ideas o sentimientos con otros niños.
- La música proporciona una manera entretenida de interacción entre padres e hijos, suministrando la estimulación. Si los padres escuchan canciones establecidas con sus hijos, pueden ayudarlos, mostrándoles los objetos al instante que van nombrándolos, facilitándoles así la ejecución de los movimientos que se necesitan y reforzando con mucho afecto las respuestas del pequeño.

   

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