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Esta etapa suele ser muy especial para los niños y padres, no solo por el gran paso que representa sino también por los momentos de tensión, que esta situación puede generar. Por un lado, la preocupación de los padres, ya que tienen que dejar al niño en la guardería, con personas desconocidas y durante varias horas. Además, la pena o estrés que siente el pequeño cuando lo dejan solo, algunos comienzan a gritar, llorar tratando de quedarse con el papá o la mamá.

Primeros días guarderíaAlgunas buenas recomendaciones son:

-La calma y tranquilidad que los padres puedan transmitir son importantes para el niño, de esta manera se genera un ambiente de confianza y seguridad. Tratar de no enfadarse con los hijos debido al llanto, pataletas o expresiones de rechazo, por el contrario, debemos acompañarlos, explicándoles por qué se les deja en la guardería, el tiempo, quién lo recogerá.

-Hay que tener en cuenta que el proceso de adaptación puede resultar ser más lento de lo que se espera y cada niño reacciona diferente ante las situaciones presentadas.

- Es recomendable hacerles comentarios presuponiendo que se han portado bien e incidiendo en las ventajas que ha tenido el ir a la guardería, como si hubiera sido un privilegio: “Estoy seguro de que has jugado mucho y te lo has pasado genial. Ya eres un campeón. Cuéntame lo que has hecho…”

- Si observamos que el niño tiene los ojos enrojecidos de haber llorado, no debemos hacer ningún comentario al respecto tratando de compadecerle: “pobre, has estado llorando mucho tiempo, pero no te preocupes que ya estoy aquí”. Con eso lo único que se consigue es que vuelva a llorar, generando un círculo vicioso.

Hay que reforzar las conductas adaptativas y positivas del niño prestándole más atención cuando nos habla sobre actividades lúdicas en la guardería, o sobre los amigos que ha hecho, o sobre las profesoras… No hay que hacer caso de frases negativas referentes a la guardería.

-Los primeros días que va a la guardería, los padres pueden acompañarlo durante un tiempo mínimo, jugando con él e involucrándolo con otros compañeros. Ello le generará mayor confianza.

-Ir aumentando poco a poco el tiempo de permanencia. El primer día dejarlo por dos horas, el segundo unas horas más, continuando los siguientes días de la misma manera.

-Cumplir con las promesas que plantea. Si le indica que lo recogerá después de almuerzo, hágalo así. De esta manera, logrará que el niño confíe en futuras promesas.

-Dejar que el niño lleve algo significativo para él, como un juguete o golosina preferida.

-Conversar con la familia, sobre lo importante e interesante que resulta ser la guardería, también sobre los juegos que pueden realizar con otros niños.

-Permitir que el niño juegue en casa de algún amigo y al cargo de otros padres, para que pueda acostumbrarse a permanecer separado de la familia en determinadas ocasiones.

-Comentarle a la profesora, los gustos y preferencias de los niños, para que así pueda conocer qué es lo que más le entusiasma, así podrán continuar con la práctica en la guardería, sobre todo al comienzo, ayudando al proceso de adaptación.

-Mantener una comunicación fluida con la profesora diariamente, para que pueda conocer cómo se comporta el niño en casa, asimismo, la maestra deberá informar del desenvolvimiento del pequeño en la escuela, para continuar las labores en el hogar.

-Recordar que el proceso de adaptación es básico, por ello la familia y personas que trabajan en la guardería deben estar involucradas y apoyarse mutuamente, generando las mejores condiciones para que el niño aprenda.

   

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