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Como es conocido existen niños a los que todavía les cuesta relacionarse con las demás personas. La timidez es un problema frecuente que suele presentarse en los pequeños, en diversas situaciones, sin embargo hay que observar en qué grado nuestros hijos demuestran este tipo de conducta, ya que en ese caso es conveniente consultar a un especialista para evitar que afecte su socialización, aprendizaje y escolarización.

Niños vergüonzosos¿Cómo saber si mi hijo es tímido?

En ocasiones es complicado descubrirlo, porque puede mostrarse así solo en algunos momentos. Contrariamente a lo que muchos pueden pensar, los niños no nacen con la timidez, pero sí algunos son más propensos a adquirirla dentro de su entorno. Pero ¿cómo podemos identificarlo? A continuación algunas características para descubrirlo:

-Los niños suelen presentar un marcado temor a enfrentar situaciones que involucre relacionarse con el medio social inmediato.

-Tienen miedo a hablar con otras personas. Prefieren estar solos.

-Suelen hablar poco y sonrojarse ante alguna situación incómoda, evidenciando una falta de autoestima y confianza en sí mismo.

-Este inconveniente se presenta generalmente en los primeros años de vida, hay que observar porque puede desaparecer poco a poco, continuar de manera normal o sobrepasar los límites, lo cual debería ser revisado por un profesional.

-Pueden influir los factores genéticos, así como los emocionales y ambientales que permiten que la timidez se aprenda ya sea por experiencia propia como por conductas y formas de comportamiento de otras personas.

-La timidez se presenta como un medio de protección o escudo defensivo, si se suele castigar con frecuencia, ridiculizar frente a los demás, compararlo con otros pequeños y finalmente, si se impide mostrar emociones y expresar de manera adecuada.

-No corre riesgo de enfrentarse a situaciones donde sabe que se pondrá en duda sus capacidades y habilidades.

A pesar de lo expuesto, el hecho de que la timidez sea una conducta aprendida también puede desaprenderse. Con mucha paciencia podemos invertir la situación, generando mayor confianza en sí mismo, logrando una personalidad más fuerte dándole la seguridad que necesita.

¿Hay que preocuparse?

El grado de timidez se manifiesta en los niños conforme empiecen a relacionarse con nuevos amigos y personas, si se cambia de domicilio o escuela, si conoce nuevos amigos. Esta situación es normal siempre y cuando no va más allá de lo esperado, generalmente pasa una vez que se ha producido la integración y el niño supera la ansiedad generada.

Si observamos que la ansiedad aumenta, notaremos que el pequeño se retraerá ante la posibilidad de que conozca nuevas personas, prefiere estar solo antes que acompañado, siempre espera que los padres le digan lo que tenga qué hacer o cómo actuar, en este caso, es recomendable acudir a un especialista.

¿Cómo puedo ayudarle?

Estar atento a los logros de su pequeño para ensalzarlo y así elevar su nivel de autoestima, no basta con quererlos sino demostrárselos, hacerle notar que es importante para nosotros.

Hay que tener en cuenta que no debes compararlo con otros niños, ya que ello no lo ayudará por el contrario le provocará sufrimiento y ansiedad de no saber cómo actuar para agradar a sus padres.

Debemos enseñarle que en la vida existen situaciones en las que podemos sentirnos inseguros, pero que somos capaces de afrontarlas con empeño.

Recuerda que los padres son el ejemplo de los hijos, por lo tanto felicítate a ti mismo cuando pienses que has hecho algo correcto, o estás aprendiendo algo que no sabías, ello lo ayudará a que él también sea perseverante al alcanzar un logro importante en la vida.

Hay que mostrarle que estás contento cuando observas que va intentando realizar algo que le cuesta normalmente hacer.

Nuestros hijos son lo más preciado, no es positivo criticar sus acciones todo el tiempo, hay que aceptarlo con sus características propias y normales.

Puedes enseñarle a razonar y a descubrir las soluciones a los problemas o conflictos.

Otro punto ideal es incentivar actividades que le guste hacer o que sabes que lo hace bien. Al tiempo que fomentes la interacción con otros niños, de tal manera que vaya teniendo mayor seguridad en sí mismo.

Si observas que todavía no está preparado para realizar actividades en grupo, no lo fuerces. Poco a poco irá superando sus temores o miedos, hay que mostrarle con amor que puede hacerlo, dejando en claro que lo estás ayudando y no criticando, debe saber que siempre puede contar con nosotros.

Algunas alternativas para que el niño aprenda a socializarse;

-Puedes dejarlo jugar con sus vecinos y organizar reuniones con otros niños de tal forma que aprenda a divertirse en grupo.

-Inscribirlo en programas extracurriculares de la escuela como talleres artísticos o deportivos, donde sabes que podrá desarrollar sus habilidades y destrezas. Asimismo, lo ayudará a hacer nuevas amistades e interactuar con los demás.

-Cuando los niños no están de vacaciones es más complicado organizar actividades, pero puedes hacer planes para los fines de semana, como coordinar con amistades que tengan niños de su edad.

¿Puede afectar su timidez al rendimiento escolar?

Una timidez extrema no ayudará a que desarrolle un aprendizaje positivo, ello debido a la falta de habilidades sociales. Por ejemplo, hay situaciones en las que requiere participar en el colegio, por ejemplo salir a la pizarra o contestar en público una pregunta que realice el profesor, sino está preparado para ello puede generar un fracaso escolar no por falta de capacidad intelectual sino por no poder manejar la ansiedad generada en estos casos.

Hay que enseñarles a organizar sus horarios de tal manera, que no todo sea estudio hasta el punto del aislamiento, también tienes que fomentarle la capacidad de relación con los demás.

Los padres deben ser conscientes que no podemos presionar ni exigir que los hijos den al máximo inclusive más de su capacidad, quizá por la misma sociedad que nos obliga a estar inmersos en un campo competitivo. Debemos reconocer cuáles son las capacidades y habilidades de nuestros hijos, según ello incentivarlos.

Uno puede ser más competente y eficaz sin ser mejor que otra persona, solo aprendiendo a dar lo mejor de cada uno aunque eso no sea mayor en cantidad.

Los niños perciben la atención, cariño y dedicación que les brindamos, aceptándolos como son, sin que esto signifique que pueden hacer lo que se les dé la gana, son valiosos para garantizar su crecimiento de una manera armoniosa y equilibrada.

   

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