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Cuando nuestros hijos juegan con un juguete, cualquiera que éste sea, no sólo están divirtiéndose, sino que también están aprendiendo algo. Es por ello que deben tomarse en cuenta varios criterios a la hora de seleccionarlos. Pero hay uno que es importante y que es tomado en cuenta poco, al menos conscientemente por los padres, y es la transmisión de los valores a través de los juguetes.

Transmisión de valores a través de los juguetes

Niño compartiendo sus pinturas

Esto influye enormemente sobre los pequeños y cada familia lleva una pauta en el mismo. Por ejemplo, las hay quienes prefieren evitar los juguetes bélicos, porque consideran que fomentan la violencia. O hay otras que no compran juguetes que dan miedo para no causar temor en los niños. O los padres que antes de comprar un juguete, verifican que el mismo no dañe el medio ambiente. Todo ello es aprendido por el niño desde pequeño.

Si bien existen parámetros que influyen positivamente sobre el niño y le inculcan el rechazo a la violencia o el respeto al medio ambiente, los hay también aquellos que pueden generar una actitud egoísta en el niño, como la compra de juguetes que incitan a la individualidad o que fomentan la ganas de sobresalir o que son demasiado sofisticados y pueden provocar la envidia en otros niños de su edad.

El consumismo de hoy

La mayoría de niños, hoy en día, son víctima de las agresivas campañas de TV y sienten la necesidad de ir a determinada tienda o juguetería y adquirir tal o cual juguete por el mero hecho de tenerlo y ya no por necesidad.

Si ya tienen una muñeca de determinada marca, la querrán en su nueva versión, si ya tienen una bicicleta, querrán el modelo de montaña y así… lo peor del caso es que debido a la moda, una vez cumplido el capricho, se olvidan rápidamente del juguete y terminan por abandonarlo.

En estos casos, lo mejor es educarlos desde pequeños, enseñarles a ser realistas y selectivos en la elección del regalo ideal y no dejarse llevar por los amigos o los medios de comunicación. En ese sentido, los padres deben ser firmes y aconsejar al menor con cariño y paciencia.

Enseñarles además que no pueden tener todos los juguetes que desean y que deben establecer prioridades, aprender a establecer las ventajas y desventajas de cada objeto.

Por ejemplo, al escribir la carta a los Reyes Magos en Navidad, recalcarles que sólo pueden pedir 2 ó 3 juguetes, que escojan cuál les gustaría más. Y al momento de hacer la compra, elegir los juguetes que le vayan a ser útiles, seguros y divertidos.

Los juguetes y su valor cultural

Cada sociedad tiene sus paradigmas y esto influye en el entorno del niño. Así, un niño de principios del siglo XX recibía un arco y una flecha en África, mientras uno de Europa pequeños trenes a vapor. En la actualidad, mientras un niño del campo juega probablemente al aire libre con una pelota de trapo, un niño de una gran urbe juega con su mini portátil. Esto sólo refleja que los juguetes se adaptan a los tiempos que vivimos.

Esta realidad la vemos también en las muñecas, que de lindos bebés, han pasado a ser profesionales que trabajan fuera de casa, lo que refleja la cada vez mayor autonomía de la mujer. Esto ha aumentado la gama de juguetes que los niños tienen para elegir, aunque la premisa de que los mismos representen una parte de la vida misma continúa vigente.

Los juguetes sin duda se han modernizado mucho, pero no por ello debemos dejar de lado a los tradicionales, tales como la pelota, la cuerda para saltar y las canicas. Es importante incentivar el uso de los mismos en los pequeños a pesar de la creciente tecnología que nos invade, pues además de estrechar la relación con los padres, promueve el trabajo en equipo, la inteligencia y la definición de estrategias.

Respecto al uso o no de juguetes bélicos, hemos dicho que el juguete es sólo una herramienta, y que es el niño el que define el juego, así que, si el niño está acostumbrado a ver escenas de guerra o combate por televisión, seguramente representará eso en sus juegos y no por el hecho en sí de poseer un tanque o una granada de juguete.

En ese sentido, la utilización de pistolas o granadas no contribuye necesariamente a la violencia con una correcta supervisión de los padres, aunque es aconsejable que si quiere jugar con pistolas, sea con unas elaboradas por ellos mismos a base de papel, por citar un ejemplo.

Aquí cabe recordar también que es necesario controlar la utilización de los juegos de videoconsola, ya que por la violencia de sus contenidos, puede generar contravalores en el niño.

Los juguetes y el sexismo

¿Serán verdaderamente los juguetes sexistas en nuestra sociedad? Este es un tema que ha sido debatido durante mucho tiempo y la verdad es que sí, existen muchos juguetes que estereotipan el rol de la mujer y el hombre y los limitan.

Juguetes sexistas

Niños colaborando en casa

Así, los juguetes para niños aluden al rol del hombre como el fuerte y la mujer como el personaje débil que cocina en la casa y cuida los bebés. Si bien existen, cada vez son menos y se ha tratado de eliminar esta valla entre niño y niña, para tratar de que los juguetes para ambos sexos no sean muy diferentes entre sí.

Sin embargo, muchas veces son los padres y no las compañías distribuidoras de juguetes los que fomentan esta conducta sexista, al no permitir que un niño juegue con muñecas y que la niña juegue con los cochecitos. En ese sentido, conviene invocar a los padres a no reprimir el deseo de los niños al momento de elegir su juguete.

   

Han dejado 2 comentarios...

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amparo justo garcia

7 de octubre de 2011 a las 7:40 PM

ME ENCANTO TODAS LAS EXPLICACIONES ACERCA DE LOS NINOS MUY BUEN CONSEJO GRACIAS

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Karina Angelita

12 de abril de 2012 a las 1:25 AM

Muy interesante las explicación dada a través de esta literatura: sencilla y practica como para hacer llegar a nuestros padres de familia, a las que somos educadoras. Mil gracias.

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