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¿Qué es la obesidad?

Cuando una persona excede el 20% de su peso ideal, estamos hablando de una persona obesa, es decir una persona con una gran cantidad de grasa corporal y tejido adiposo.

En el caso de un niño, podemos calcular aproximadamente su peso ideal multiplicando su edad por 2 y después al resultado se le suma 8. Tal resultado es el aproximado de cuánto debe pesar el menor. Pero, definitivamente, lo mejor si sospechamos que nuestro niño es obeso, lo más adecuado es llevarlo al médico.Niño con obesidadLa obesidad infantil es una enfermedad que puede desencadenar en otros trastornos y afecciones si no es controlada a tiempo. Cada día afecta a más personas en el mundo por el nivel de vida que se lleva, el sedentarismo y los malos hábitos alimenticios. La tasa de obesos en el mundo es cada vez más alta, pero el sector que más preocupa es el infantil.

Cabe señalar que un niño obeso será muy probablemente un adulto obeso, reducirá su esperanza de vida y puede sufrir a temprana edad de diversas enfermedades cardiacas y degenerativas.

Obesidad infantil: Problemas y riesgos

Los problemas que acarrea sufrir de obesidad, especialmente durante la infancia, son principalmente de salud, ya que puede ocasionar afecciones cardiacas, diversos tipos de cáncer, como al colon, presión alta, colesterol alto, diabetes, asma, entre otros.

Pero no sólo eso. Una figura obesa y desproporcionada también ocasiona baja autoestima, rechazos y burlas de sus compañeros y relaciones sociales escasas o simplemente nulas.

Cómo combatir la obesidad infantil

Una buena forma de combatir la obesidad desde pequeños es acostumbrar al niño a la actividad física y a jugar al aire libre. Estar todo el día frente a una computadora o jugando videojuegos no es una buena alternativa si queremos que el niño no caiga en hábitos de sedentarismo.

El segundo hábito fundamental para no caer en la obesidad es el de llevar una alimentación sana. Esto contribuirá al crecimiento de los niños, a mejorar sus defensas y disminuir las posibilidades de contraer enfermedades, además de tener una imagen física aceptable.

Es importante que los niños aprendan a comer sanos desde temprana edad, por lo que se les debe inculcar el gusto por una alimentación rica y variada, tener un horario establecido para ingerir alimentos y comer cinco veces al día. Asimismo, consumir siempre un buen desayuno, comida fundamental del día, y consumir lácteos y frutas.

Además, incluir dentro de su alimentación diaria legumbres, carbohidratos, huevos, frutas y carnes como el pescado.
Por otro lado, las golosinas y todo producto procesado, como bollería industrial, deben comerse esporádicamente.

Para saber cómo tomar alimentos equilibrados debemos informarnos sobre su origen y cuáles son los recomendables según las edades del niño y hacer que él también sea parte del proceso enseñándole cuáles son saludables y cuáles no lo son tanto. También enseñarles a no despreciar alimento alguno, pues si bien habrán algunos que le gusten más que otros, debe tener la disposición a probar toda clase de comidas.

En este sentido, es muy importante enseñarles a masticar bien y a no ver televisión mientras comen.

Hay niños a los que no les gusta comer hortalizas y legumbres, por eso es bueno incentivar su consumo desde pequeños y presentarlo de formas divertidas, con ingeniosas presentaciones y claro está, muy delicioso. De esta manera, el niño asociará diversión con las comidas más saludables. Los alimentos como hamburguesas, pizzas y demás comida rápida deben restringirse a un consumo muy eventual.

De igual manera debemos actuar respecto a los líquidos. Enseñemos al niño a que el agua natural es la mejor solución para calmar la sed, al igual que la leche, infusiones y bebidas naturales. La ingesta de refrescos saborizados no es la alternativa más recomendable. Tomemos esto muy en cuenta a la hora de prepararles la merienda.

Si bien no podemos olvidar que sólo son niños, demostrémosle con historias y anécdotas sencillas los beneficios de una alimentación saludable, reducida en grasas y comida basura, siempre acompañada de ejercicio y deporte.

Y respecto a los deportes, intentaremos que el niño lo practique no solamente durante alguna actividad de la escuela, sino en casa, por lo menos una o dos veces a la semana.

Salir en familia a dar caminatas o montar bicicleta. Esto además de ser un excelente ejercicio cardiovascular, contribuye a estrechar los lazos familiares.  Si tienes una mascota, sácala a pasear con los tuyos.

Acostumbra al niño a realizar cualquier actividad física en sus momentos de ocio, como bailar, saltar la cuerda o ir a jugar bolos.

Instruir al niño en la realización de labores domésticas también es saludable. Enséñele a barrer, limpiar o a ir de compras al supermercado.

Los niños, además, se ven influenciados por los productos que se ofrecen en la televisión. Hazle ver que muchas de las golosinas que aparecen en las distintas publicidades, son perjudiciales para su salud.

También es recomendable estar muy cerca del niño y estar al tanto de sus actividades diarias. Por ejemplo, si observamos que pasa demasiadas horas frente a la televisión o los videojuegos, cambiemos paulatinamente estos hábitos promoviendo otras actividades conjuntas como ir a jugar al parque.

   

Han dejado 1 comentario...

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Merienda Sana para Niños

18 de mayo de 2011 a las 11:09 AM

[...] Es importante considerar que la merienda esté bien equilibrada, de esta manera evitará la obesidad de su hijo, para ello es decisivo [...]

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